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#1mayo- #1May- #1Mai

CUBA


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  1. En estos tiempos de pandemia y de cuarentena es bueno tomar en serio la crítica a este sistema de explotación y nos sumemos a una transformación, donde la única forma de ingreso económico no signifique disminución de la propia vida.
    No es el trabajo lo que dignifica, sino el ser humano quien dignifica el trabajo y en este tiempo difícil que vivimos es tan importante reordenar nuestras prioridades como personas individuales y como ciudadanos buscando el bien común.

    Quisiera hacer memoria y pedir un aplauso caluroso desde el corazón para:

    Quienes han sufrido el despido de sus diferentes trabajos.
    Quienes salen a trabajar, poniendo el cuerpo y la vida entera cada día.
    Quienes siendo migrantes digitales deben aprender rápido para realizar teletrabajo, en especial las maestras y maestros
    Y ahora que muchos trabajos se ha detenido, no podemos dejar de tener presente:
    A la mujer que lava, cocina en el hogar, sin recibir remuneración alguna.
    A la niña que no es enviada a estudiar porque debe cuidar a sus hermanos o hermanas menores.
    Al niño que debe trabajar, porque quiere ayudar a su madre o padre en los gastos de casa.
    A las y los estudiantes que manejan su tiempo entre estudio y trabajo.
    A ancianos y ancianas que, con su jubilación, siguen sosteniendo familias.
    A madres y padres que trabajan de sol a sol.
    A todas esas personas que entran a trabajar temprano y no regresan a casa hasta después que se oculta el sol.
    A la artesana y artesano que construyen con sus manos.
    A la campesina y al campesino que trabaja la tierra, y que gracias a su esfuerzo nos alimentamos las demás personas.
    A quienes trabajan como ambulantes subiendo a buses con sus productos esperando terminar la bolsa que traen.
    A la obrera y obrero que con su sudor construyen el país.
    Al personal que recoge la basura y se expone siempre.
    A quien vende y hace malabares para ofrecer sus productos.
    Al personal policial que es honesto y se esfuerza por mejorar esa institución.
    A quienes trabajan en el mantenimiento de lugares, que en silencio y esfuerzo sostienen las instituciones.
    A quienes se encuentran en el mundo de la técnica.
    A quienes trabajan en el mundo de la salud física y mental con empatía, con ganas de servir y ayudar.
    A la maestra de escuela que enseña las primeras letras a pequeños y pequeñas.
    A la profesora o profesor que se esfuerza por compartir lo que sabe y ayuda a que sus estudiantes aprendan.
    A quienes se dedican a la atención de otras personas.
    A quienes desde el servicio religioso dan su tiempo y exponen su vida con generosidad y amor .

    Sigamos esforzándonos para que el trabajo sea digno y bien remunerado, y que Jesús, el trabajador de Nazaret, nos motive a ser constructoras y constructores de paz con nuestras manos, con nuestra lucha por la justicia, con nuestra vida entera.

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