El 1 de mayo celebramos el día del trabajo y recordamos a José de Nazaret como un referente para impulsar un modo de trabajo inclusivo, solidario y digno.
Este año la pandemia ha dado un vuelco a todo lo que creíamos adquirido, normal o sencillamente cotidiano, pero hemos descubierto personas, modos de relación y de encuentro que ni siquiera habíamos imaginado. En este tiempo hemos comenzado a descubrir a mujeres y hombres que casi nunca veíamos y ni siquiera conocíamos sus nombres. Mujeres y hombres corrientes, invisibles para una sociedad que distingue y valora a las personas por sus premios, por cualidades que considera extraordinarias o el prestigio que el dinero o el poder le otorga.
Este año la pandemia ha dado un vuelco a todo lo que creíamos adquirido, normal o sencillamente cotidiano, pero hemos descubierto personas, modos de relación y de encuentro que ni siquiera habíamos imaginado. En este tiempo hemos comenzado a descubrir a mujeres y hombres que casi nunca veíamos y ni siquiera conocíamos sus nombres. Mujeres y hombres corrientes, invisibles para una sociedad que distingue y valora a las personas por sus premios, por cualidades que considera extraordinarias o el prestigio que el dinero o el poder le otorga.
Esas personas, trabajadoras y trabajadores, son lxs cajerxs o lxs reponedorxs de los supermercados, lxs albañiles, lxs limpiadorxs, lxs carterxs, lxs porterxs, transportistas, pescadorxs, repartidorxs, lxs que recogen la basura cada noche...y muchos más que podríamos ahora enumerar. Todos ellos y ellas se han convertido en esenciales cada día. Hemos caído en la cuenta de lo importantes que son para que sea posible nuestra vida cotidiana. A ellos y a ellas queremos hoy aplaudirles, reconocer el valor inmenso que tienen al levantarse cada mañana, salir a la calle, ir al trabajo y exponerse al contagio para que muchxs otrxs podamos permanecer en casa.
La crisis económica que estamos empezando a sufrir, con los recortes salariales, el paro, el aumento de la precariedad laboral, el cierre de negocios... va a aumentar la pobreza de muchos hogares y, sin duda, estos trabajadores y trabajadoras, que en estos días se han convertido en héroes y heroínas para nosotrxs, van a ser los primerxs en experimentarlo. Ellas/os y sus familias van a ser olvidadas/os de nuevo cuando pase la pandemia y volverán los héroes y heroínas de siempre, los espejismos del consumo y la insolidaridad global.
Pero la gran Familia Josefina Global no lo vamos a hacer, porque la causa de esas mujeres y hombres, son nuestra causa, los llevamos en el ADN carismático y seguirán siendo nuestras heroínas y héroes más allá de la pandemia porque ya lo eran antes.
Hoy pedimos un aplauso para todas y todos ellos. Un aplauso lleno de gratitud y solidaridad. Un aplauso cargado de compromiso con sus esperanzas, con sus temores, con sus sueños y sus angustias.
El 1 de mayo puede ser un día especial para que como Familia Josefina en los diferentes lugares del mundo renovemos nuestro compromiso con el carisma que nos legaron nuestros fundadores y busquemos juntas/os cómo ayudar a hacer un mundo mejor tras la pandemia, cómo impulsar creativamente nuevos proyectos que empoderen y dignifiquen a las mujeres trabajadoras pobres y sus familias , cómo ofrecer a nuestros héroes y heroínas esperanza, dignidad y sentido y, junto a ellas y ellos hacer del trabajo un espacio que genere vida y futuro, justicia y solidaridad.
Carme Soto Varela, ssj
#AplausoPorElTrabajoDecente
Carme Soto Varela, ssj
#AplausoPorElTrabajoDecente
RECURSOS
Un abrazo especial en este día a todas y todos querida familia Josefina. No podemos dejar de dar gracias a Dios por su labor, por esta novedad de trabajo que estan realizando con mucha dedicación, creatividad y unido a la oración. Que nuestro Padre Dios las siga bendiciendo y que nuestro protector San José Obrero siga siendo modelo inspirador de un trabajo por amor, aún en medio de las dificultades. De Nancy Curay laica josefina coordinadora del Equipo Coordinador de Laic@s Josefin@s de Perú.
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