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Prepararse para compartir y celebrar


Jesús va asumiendo la realidad del conflicto que vive en Jerusalén. Las celebraciones de la Pascua judia son memoria del acto liberador de Dios que no acabó con la salida de Egipto, sino que continua a lo del tiempo y de la historia. 
Hacer visibe y eficaz esa experiencia liberadora de Dios es para Jesús el centro de su misión, es la razón última de su subida a Jerusalén. Por eso para él es importante compartir con sus amigos y amigas la memoria de ese Dios compasivo y bondadoso que quiere hacer llegar a sus hijos e hijas su salvación y liberación. 
Jesús invita a su comunidad a preparar la cena, a renovar  su fe a sostener su esperanza. Pero no lo hace de forma ingenua, ni como un ritual piadoso, lo hace con la profunda confianza de que su Abba sostiee su vida y lo confirma en la misión. 
Él sabe que  no todos son capaces de seguir confiando, pero sigue tendiendoles la mano e invitandolos a compartir con él la cena pascual. 
Hoy, en medio del momento incierto y oscuro que vivimos estamos también invitadxs a cenar, a hacer memoria del Dos liberador, consolador y compasivo que no abandona nunca la obra de sus manos y que siempre está de nuestra parte. 
Hoy preparemonos a celebrar y compartir nuestra debilidad, nuestra incertidumbre,  nuestra impotencia como Jesús lo hizo
Hoy preparemonos a celebrar y compartir también nuestras certezas, nuestros sueños, nuestras esperanzas. 
Hoy preparemos nuestro corazón, nuestra casa, nuestro tiempo...y no tengamos miedo, ni dejemos que la oscuridad nos paraalize y se quiebr nuestra fe. 
Jesús nos invita a prepararnos para compartir y celebrar...

Carme Soto varela, ssj


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